Ese instante que no se olvida
Tan vacío devuelto por las sombras
Tan vacío rechazado por los relojes
Ese pobre instante adoptado por mi ternura
Desnudo, desnudo de sangre de alas
Sin ojos para recordar angustias de antaño
Sin labios para recoger el zumo de las violencias perdidas
¡Dejadme pintar de azul el mar de todos los atlas!
Mientras, salúdame tú, cantando al alba del agua,
pájaro en una palmera que mire al mar de Bengala.